18 jul 2011

De aquellos vientos de Euro sembrados, vinieron tempestades de una debacle social y democrática

Lo que sucede hoy con los problemas derivados de la deuda soberana y de la falta de cohesión social ligada a la perdida de derechos laborales y el desmantelamiento rápido de la protección social estatal, es algo que tiene como origen el Tratado de Mäastricht que sembró LOS VIENTOS DEL EURO, con sus límites al déficit que proponían la rebaja de impuestos al capital y el aumento de impuestos al consumo, rebajando las cuotas de protección social a través del adelgazamiento de los pilares del Estado del Bienestar (Sanidad y educación públicas).
Ha continuado con el mantenimiento pertinaz de un Euro sobrevalorado (50% respecto al dólar desde el 2003) y no únicamente como resultado de la debilidad de la economía de EEUU en los últimos tres años.
Ese encarecimiento del Euro que comenzó con 1.16 dólares en 1999, tuvo algunas bajadas momentáneas entre el 2000 y 2003 (llegó a situares en 0.82 dólares en el 2000), y repuntó de forma sostenida desde 2003, alcanzando una escalada sin precedentes de 1,60 dólares en 2008 (año clave de la crisis con la caída de Lehman Brothers). Las bajadas del euro en 2010 no frenan un nuevo impulso de subida que lo sitúa hoy en 1,41 dólares. La consecuencia de ese valor es el encarecimiento de los productos europeos fuera de Europa y el abaratamiento de los productos extracomunitarios en el interior de Europa, lo que produce un déficit comercial que empuja más al fondo la recesión económica donde las beneficiadas son las trasnacionales que llevan tiempo deslocalizando la producción en Europa yespecialmente en los países del sur de la UE. Este problema causa un aumento exponencial del paro junto con el fin de la especulación inmobiliaria (el nuevo nicho de especulación es el oro) y dispara el impago de créditos e hipotecas. Enfrentadas al impago de créditos, las entidades financieras que antes habían obtenido cuantiosas ganancias con productos inventados (altos riegos) y créditos de difícil cobro, con el apoyo de “agencias de calificación económica” el BCE y el FMI solicitan a los diferentes estados de la UE ayudas masivas de dinero y avales bajo la amenaza de cierre de flujo financiero.
En el caso de España se comprometieron 150.000 millones de Euros en compra de activos y avales. Luego llegó la ayuda del Banco Central Europeo facilitando liquidez ilimitada y casi gratuita (al 1%) a la banca. Recordemos que con ese dinero obtenido al 1% se compra deuda soberana por la que se pagan mayores intereses, actualmente (julio 20119) 4,89 de intereses. Para entenderlo pongamos un ejemplo sencillo: Si la banca obtiene 50.000 Euros del BCE al 1% tendrá que pagar 500 Euros de intereses. Con esos 50.000 Euros compra deuda soberana (los llamados bonos) y obtiene por la misma cantidad 2.445 euros de interés. Como ha de descontar lo que ha de abonar al BCE, le salen a la banca un negocio redondo con 1.945 de Euros de ganancia limpia a costa del empobrecimiento de un Estado. España ha de emitir 22.300 millones de Euros en octubre. Si se mantuviera el interés en el 5% por la emisión, lo cual es muy dudoso al ritmo en que sube la Prima de Riesgo (instrumento de las agencias de calificación para cuantificar el riesgo de impago) que lleva aparejado subidas en los intereses de forma inmediata, el resultado sería: El BCE lo presta al 1% (22.300 millones de Euros), la banca privada paga por ello 223 millones de interés. La banca privada lo presta a España y obtiene 868 millones de Euros de beneficio en interés limpio. Nuestro país habrá aumentado su endeudamiento en 23.167 millones de Euros. Pingüe beneficio para la banca y ruina para un país que verá comprometida su riqueza medida en PIB (Producto Interior Bruto) y que recibirá como instrucción la falacia mejora la conocida “ajuste de gasto”, “reducción de déficit”que busca desmantelar la protección social y los servicios públicos unido a la rebaja de salarios, subida de IVA y precariedad laboral.
El reciente Pacto del Euro viene a reforzar esta nefasta ecuación: frente a la recesión ajuste (brutales recortes sociales y salariales), consecuencia del ajuste más recesión y por tanto más ajuste. Para pagar esa recesión emisión de deuda (ya hemos visto las condiciones), deuda que se encarece con lo cual se realiza un masiva e indignante privatización de los servicios públicos, mientras se mantienen los privilegios de una banca y de una clase social que apenas tributan ni pagan los costes de la crisis (1% de interés al BCE por prestamos y 1% a las SICAV o sociedades de inversión de capital variable que exigen un mínimo de inversión de 2,4 millones de Euros).

Continúa (27/09/2011)

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